lunes, 2 de febrero de 2009

"Teoría del desarrollo capitalista": Introducción y tema 1

INTRODUCCIÓN
Comienza Sweezy preguntándose si, al estar relacionada con los individuos, es la economía política una ciencia social. Responde por boca del profesor Robbins, quien define la economía como “la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios limitados que tienen diversa aplicación” y señala que no es puramente una ciencia social ya que estudia la relación de los hombres con las cosas (y no de los hombres con los hombres, lo que sería la ciencia social más pura).

Como los conceptos de este ámbito del saber nos remiten irremediablemente a lo social, hay que despojar estos conceptos de dicha significación, acción que ejemplifica con el concepto de salario, entre lo social y lo económico. En definitiva, “los conceptos se toman del lenguaje corriente, se les extrae el contenido social y las categorías universales que resultan se aplican indistintamente a toda clase de sistemas económicos”.

A continuación, justificándose en la insatisfacción con muchas doctrinas económicas clásicas, se dispone a analizar la perspectiva marxista de la economía.


EL MÉTODO DE MARX
Se dispone el autor ahora a abordar el análisis de la metodología empleada por Marx en el estudio de la economía, por considerar “originales e importantes” sus contribuciones en esta materia.

El uso de la abstracción
Sweezy apunta que “el propósito legítimo de la abstracción en la ciencia social no es nunca alejarse del mundo real para fines de investigación intensiva. Por consiguiente, cuando decimos estar operando en un alto nivel de abstracción queremos decir que consideramos un número relativamente reducido de aspectos de la realidad”. Marx era partidario del método abstracto-deductivo, concretamente utilizaba el método de las “aproximaciones sucesivas”: el paso a paso de lo más abstracto a lo más concreto. Las distintas maneras de aplicar la abstracción ha sido uno de los motivos de la diversidad entre autores clásicos como Adam Smith, Ricardo o Marshall.

Sin embargo, la otra gran dificultad en la investigación académica estriba en encontrar el objeto preciso al que aplicar el método, y eso la metodología, por sí misma, es incapaz de indicarlo. El punto de partida de Marx es el cambio social. Para lograrlo, considera que la clave es el modo de producción, determinado por los conflictos de clase que, en su época, estaba personificado en la burguesía y el proletariado, símbolos del trabajo y el capital. Es por tanto la relación entre ambos, una relación de cambio, el verdadero punto de partida de la economía política de Marx.

En su procedimiento de abstracción se distinguen dos pasos:
1. Toda relación social, excepto la que interesa (en este caso, la relación capital-trabajo), queda postergada a una etapa posterior del análisis.
2. Dicha relación se debe reducir a su forma más importante (en este caso, la producción industrial).

En cuanto a la validez, Sweezy apunta que es relativa al nivel de abstracción, por lo que los resultados no deben entenderse como predicciones de futuro completamente ciertas.

La crítica posterior a la economía política de Marx se basa consciente o inconscientemente, en la mayoría de los casos, en el rechazo a sus suposiciones.

El carácter histórico del pensamiento de Marx
Uno de los elementos condicionantes de la doctrina de Marx es la visión histórica de la realidad social. Esta visión es la que determina que entienda que el cambio social no es algo mecánico sino que es producto de la acción humana pero enmarcada en su contexto histórico-mundial concreto. Es por ello que “para el marxista, por otra parte, el específico carácter histórico –esto es, transitorio- del capitalismo es una premisa mayor. Es en virtud de este hecho como el marxista puede, por así decirlo, permanecer fuera del sistema y criticarlo en su conjunto”.

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